Daniel López Rosetti: “Somos seres emocionales que razonan”

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Tres millones de personas siguen en las redes a este escritor de varios best sellers. Allí deja recetas del tipo “El mejor ansiolítico es un abrazo”. Dice que el estrés cruza tangencialmente la vida de los argentinos y recomienda para combatirlo vivir el presente y las experiencias.

“El miedo puede ir de un simple temor a pánico o terror”

En su nuevo libro, Equilibrio, el término es lo primero que aparece grande y arriba, con distintos tonos de azul. Es que las emociones y los pensamientos tienen para este médico grados de variabilidad. “El miedo puede ir de un simple temor a pánico o terror. Hay una escala de colores. Lo mismo pasa con cada una de las emociones: miedo, alegría, tristeza, asco, sorpresa e ira. Y con los sentimientos: amor, culpa, vergüenza, orgullo, odio o envidia. Los pensamientos no son siempre netos, son variables”, explica, señalando el dibujo que sigue en la tapa del libro. Se trata de una balanza donde de un lado está el cerebro y del otro lado el corazón.

¿Aprendemos a golpes en la vida?
Sí, porque no tuvimos educación emocional.

¿Qué es lo que enseña este manual del usuario?
Que la persona tome conciencia de los mecanismos de pensamiento y de cuáles son nuestros mecanismos de sentimientos. Son cosas que habitualmente uno no conoce, porque lo hacemos espontáneamente. El último tercio de trabajo que propongo en este libro tiene que ver con cómo tomamos las decisiones. Somos nuestras decisiones y el fruto de ellas. Y aprendemos a tomarlas. La última parte trata sobre cómo tomar esas decisiones, salir del modo intuitivo para ir al modo racional. Pero siempre equilibrando razón con emoción. No somos seres racionales, sino seres emocionales que razonan.

Pareciera que se le está empezando a dar más importancia a educar emocionalmente en los primeros años de vida. ¿Qué tan importante es que de chicos nos den ese pantallazo?
No hay ninguna duda de que sirve, porque en la vida aprendemos a golpes. La educación formal es la que tiene que ver con aprender en el colegio matemática, geografía, historia, lengua, botánica, etc. Nosotros consideramos que es muy importante la educación emocional. Es sorprendente, porque el bienestar pasa por ella, pero las personas no saben lo que es una emoción o un sentimiento.

¿Cómo sería eso?
Claro, las emociones tienen rostro. En cambio, el sentimiento se manifiesta, el amor o el odio se manifiestan. Los pensamientos ni que hablar. Pero el bienestar, sentirse bien, feliz, tiene que ver con manejar ambas cosas, sentimientos y emociones.

¿Qué es lo que más te fascina de trabajar y escribir sobre el estrés?
El estrés es la vida misma, no hay vida sin estrés. Tiene mala prensa. Vos lo podés relacionar con el azúcar en sangre, que es normal, pero por encima de un punto, ya se llama diabetes. Pasa lo mismo con el estrés: es normal hasta un punto. Cuando lo pasa, produce síntomas o gatilla enfermedades que uno genéticamente tenía predispuestas. Lo que me fascina del estrés es que cruza la vida tangencialmente, es decir por definición la vida es estrés hasta el nivel normal. Un estresado no es feliz, no disfruta, pierde su capacidad hedónica.

¿Existe la ausencia total de estrés?
El único lugar donde no hay estrés es en la paz del cementerio.

Fuiste impulsor de la Ley de RCP (reanimación cardiopulmonar). ¿Qué cambios trajo esta ley?
Casi todo lo que hacemos nace de nuestras experiencias vitales. La ley surge de cuando mi padre falleció de muerte súbita; no le hicieron RCP en ese momento, y con eso hubieran triplicado su posibilidad de vida. El principal cambio es que se ha popularizado la palabra “RCP”, que aclaro que es “reanimación cardiopulmonar”, no “resucitación”. Eso es otra cosa, es Lázaro que volvió de la muerte [risas]. Lo que hemos notado es que hoy es una palabra común, ya muy poca gente no sabe lo que es “RCP”.

¿Cuán importante es ser consciente del presente para manejar el estrés?
Muy importante. Nos baja claramente la ansiedad y el estrés, porque no hay ninguna duda de que quien está focalizado en el pasado tiene tendencia a la tristeza, y quien está focalizado exageradamente en el futuro tiende a la ansiedad y al estrés. El momento del presente es el que realmente se vive. No hay nadie que dude de lo que dijo una vez Aristóteles: que el fin último del hombre es la felicidad. Sentirte bien, vivir el presente con intensidad, no perderte los detalles es verdaderamente rico. Comer lento sirve, ir despacio también. Las relaciones interpersonales y vivenciar con la mayor felicidad posible tus horarios del trabajo es importante. Un tercio de la vida lo pasamos durmiendo, y el resto del tiempo estamos trabajando. No buscar el bienestar en el trabajo sería un error en términos de bienestar personal.

Hay varios focos e historias en tus libros, pero ¿por qué decidiste escribir uno específico sobre la mujer?
Por lo poco que los hombres sabemos de las mujeres. Vivimos inexorablemente en un mundo y en una sociedad machista. Las mujeres saben más de nosotros que nosotros de ellas. Ella es más compleja que el hombre, y digo “compleja” y no “complicada”, atención. Tiene más variables emocionales sentimentales, formas de razonamiento. El hombre gestiona psicológicamente por objetivos, tiene una mecánica de operación directa sobre la solución de un problema. La mujer es cooperativa, conversadora y cuidadora, en ese sentido me resulta interesante.

Sos un verdadero influencer de la medicina…
No lo sé, pero me llama la atención, porque son páginas no comerciales, pero sí pongo cosas que son útiles a las personas, que me lo agradecen.