Comenzó a trabajar en la televisión siendo muy chico y nunca más paró. Enamoró a varias generaciones; un actor hecho a base de perseverancia y constancia.
«Siempre soñé con hacer comedia y me encanta hacer reír a la gente»
Creer que la vida de Mariano Martínez fue fácil es un error. Sus padres lo tuvieron siendo adolescentes y casi no les alcanzaba para comer. A los 9 años lo atropelló un colectivo que lo dejó internado un mes y medio en el hospital. Se salvó de milagro de que le amputaran la pierna izquierda, pesar de todo eso, nunca perdió la esperanza y persiguió el sueño que tenía de chico: ser actor. A los 16 le llegó la oportunidad con el programa La nena, y casi se queda sin aprovecharla porque la primera escena era en una pileta y no quería salir para que no se viera la cicatriz que tenía. Eso fue en 1995, y hoy, 23 años después, todavía sigue desplegando su talento y demostrando que no era un galancito del momento.
«Siento que a lo largo de toda mi carrera aprendí muchísimo»
¿Sabés cuándo fue el momento en que te atrajo la actuación?
Siempre me gustó actuar. Ya desde muy chico, pero me daba mucha vergüenza. Antes de que tuviera el accidente en donde me pisó el colectivo, participaba en todos los actos del colegio. Y ese año en el que meteóricamente aprendí a caminar otra vez –porque aunque tardé tres años en volver a caminar, cuando me animé, caminé al toque cada vez mejor–, en seis meses preparé Dirty Dancing para hacerlo en el acto de fin de año de séptimo grado para todos mis compañeros. Ahí ya sabía que iba a ser actor.
Tenés más de 20 años de laburo, contando televisión, cine y teatro. Si tuvieras que elegir tres trabajos que amaste hacer, ¿cuáles serían?
Primero, La nena, porque fue el programa con el que pude dar mi puntapié inicial y me brindó muchas satisfacciones. Después, Son amores, ya que siempre soñé con hacer comedia y me encanta hacer reír a la gente; ese fue el primer programa en donde pude hacerlo. Por último, la película Peligrosa obsesión. Me encantó hacerla y hasta el día de hoy la gente sigue comentándomela y diciéndome cómo se divierte con ella.
La comedia es un género que te apasiona y te transforma. ¿Notás eso?
Adoro hacer comedia. Disfruto con ella y la paso muy bien. Siento que a lo largo de toda mi carrera aprendí muchísimo, ya que estuve al lado de muy buenos comediantes. Creo que, de mi generación, laburé al lado del mejor, que es Nicolás Cabré. Uno, con el tiempo, va entendiendo de qué trata la comedia, que es como música: se siente y yo la siento adentro mío, y se me sale del cuerpo para que pueda expresarla. Y, por supuesto, me hace muy bien lograr que la gente se ría.
Martínez es un bicho de la televisión y es en ese medio en donde realizó sus trabajos más recordados. Pudimos disfrutar de su talento en programas como Gasoleros, Campeones de la vida, Los Roldán, Una familia especial, Son de Fierro, Valientes, Esperanza mía y Amar después de amar, entre muchísimos otros.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Como dije, voy a comenzar a filmar una película llamada, por ahora, Laura, junto con Araceli González, que también la produce. El director es José Cicala, que también escribió el guion. Es un largometraje de suspenso y de época que transcurre en la Segunda Guerra Mundial, en Bélgica. Posee un gran presupuesto y me tiene muy entusiasmado porque jamás hice nada parecido al papel que interpreto: el personaje se transforma tanto física como mentalmente, y me atrae mucho ese desafío. Estoy muy agradecido de que hayan confiado en mí. También con Cicala hicimos una serie para televisión llamada Asesino, que consta de diez episodios y está muy buena. La grabamos hace alrededor de un año junto a Mónica Antonópulos, Juan Gil Navarro, Mario Pasik y Guillermo Zapata. No va a emitirse por televisión abierta, sino por un canal de cable.