El ídolo de El Fortín regresó a su casa y compartió una gran nota con Editorial Acción, para la edición 43 de la Revista Ahora Más.
Mauro Zárate se mueve en la Villa Olímpica de Vélez con absoluta naturalidad. El gran delantero del club de Liniers eligió volver al club de sus amores, donde pasó gran parte de su vida. Conoce como pocos cada uno de los rincones del centro de entrenamiento. Mira con alegría las cosas que cambiaron y se imagina algunas mejoras. Permanentemente es abordado por empleados y jóvenes de las inferiores y a todos les devuelve una sonrisa o les regala una foto. Se lo nota feliz.
«Volví a Vélez porque me lo dijo el corazón»
¿Te imaginabas un recibimiento de la gente tan emocionante?
No. Nunca. Fue todo muy increíble desde que me bajé del avión. Yo sabía que se venía armando algo en las redes con mi regreso. Me enteré cuando confirmé que volvía al club. Pero nadie espera semejante cariño de la gente. Coparon el Aeropuerto de Ezeiza. No se podía caminar. Estaba lleno de banderas y de hinchas. Y una caravana que nunca olvidaré en mi vida. Siempre estará en mi corazón.
«Fue hermoso poder disfrutar con mi familia de este recibimiento»
Pero la locura no terminó ahí. Después fueron a la cancha y coparon las tribunas para tu presentación…
Sí. Todas alegrías. Fue hermoso poder disfrutarlo junto a mi familia. Ellos lo vivieron de una manera también especial. Creo que me llega justo, en el momento exacto de mi vida, para disfrutarlo y vivirlo con ellos. La gente de Vélez está muy agradecida. Y yo con ellos.
¿Qué dijo tu padre?
Mi papá no podía hablar de tanta emoción. Lo encontré llorando en el auto cuando terminó todo. Nos dimos un abrazo y supimos que habíamos elegido bien.
¿Por qué volviste a Vélez?
Porque me lo dijo el corazón. Esa fue la razón. Yo estoy de nuevo acá porque amo a este club y por eso siempre dije que en Argentina solo iba a volver a Vélez.